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16.07.18

A diez años de la 125, Macri honra su promesa al campo: ¿hace bien?

(TN) El Presidente sabe que su gobierno es hijo de un fenómeno social y político que se consagró en las protestas de 2008. Sin embargo, el apoyo incondicional y la fidelidad al sector puede hacerlo correr riesgos.
Por Marcos Novaro

(TN) Hasta el FMI sugirió suspender el programa de reducción paulatina de las retenciones que se viene aplicando desde diciembre de 2015. Pero el Presidente prefiere reducir gastos a subir impuestos. Y más todavía prefiere chocar contra el peronismo y hasta contra sus propios colaboradores en ministerios y provincias, que faltar a la promesa hecha al sector que, entiende, es el núcleo de su coalición de apoyo y el corazón del país productivo que se comprometió a representar y desarrollar.

Claro que con esta opción corre riesgos extras a los que ya de por sí le impone la situación de crisis.

Los operadores financieros no creen que le alcance para cumplir su otra promesa, el recorte del déficit reduciendo gastos. Por eso, aunque el dólar se mantuvo calmo en las últimas semanas, los bonos no se recuperan y la renovación de Lebacs y Letes es menor a la esperada. A pesar de que las tasas suban, sigue la desconfianza en la capacidad del Estado de poner orden en la economía y superar rápido la recesión. Muchos esperan más temblores. Y, tal vez, más cambios en el gabinete.

Mauricio Macri corre también el riesgo de que el malhumor social se alimente aún más con la sensación de que el esfuerzo no está bien distribuido, y que la promesa de que “cada uno ceda un poco” se la llevó el viento. Según las encuestas, ese es un flanco ya de por sí débil del gobierno: el 67% de los entrevistados por Opinaia cree que el ajuste se carga “en la clase media y los sectores populares”. Cuando los costos sociales de la crisis se hagan sentir en plenitud, ¿no se volverá insoportable la percepción de insensibilidad oficial, de falta de equilibrio en la distribución de la carga?

A favor de la postura del Presidente hay, sin embargo, algo más que su propia terquedad (que igual puede que esté haciendo su parte).

Fuente: TN (Buenos Aires, Argentina)