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10.05.18

La vaguada

(7 Miradas) Desde el jueves 3 a la tarde el gobierno volvió a cometer todos los errores de comunicación imaginables. Una vez más, las crisis son su peor momento. Desde «está todo bajo control», hasta la cara de susto y nerviosismo de «Nico» y «Toto» en la conferencia de prensa del viernes 4, lo cual comunicó mucho más que cualquier pretensión pedagógica.
Por Carlos Fara

(7 Miradas) Parece que lo que hace que en Argentina llevemos 3 semanas de lluvias y tormentas es un sistema de baja presión que favorece este mal clima, llamado la Vaguada. ¿La vaguada también estará afectando al país, y sobre todo al gobierno? Como si nos hubiera agarrado un “gualicho”.

De quién es la culpa? Ya poco importa: el gobierno recibió una bonita extensión de crédito hace escasos 7 meses. Pasada la mitad del mandato el pasado empieza a ser un argumento que se debilita.

Todo el mundo está pensando en estas horas sobre si es bueno o malo recurrir al FMI. La verdad es que esa no es la pregunta importante. El interrogante de fondo es si Macri, ante el peligro de un abismo, esté dispuesto a pegar un volantazo para evitar un mal mayor. Alfonsín y Menem lo hicieron. De la Rúa también lo hizo (a su manera). Hay que tener olfato y muñeca en el momento adecuado.

En política lo peor que puede pasar es no hacer nada. Algo hay que hacer -midiendo riesgos- pero no hay que quedarse de brazos cruzados. Macri hizo ayer martes 8 su movida. Y se podría sospechar que no será la última.

Todos vamos a estar discutiendo a partir de ahora si el Fondo es Satanás o el arquero que para la pelota en la línea y se convierte en héroe. Lo que seguro es que no vamos a estar debatiendo es si al presidente le faltaron agallas para tomar una decisión poco simpática.

Es horrible, es reiterativo. Pero a veces no queda otra. Desde el jueves 3 a la tarde el gobierno volvió a cometer todos los errores de comunicación imaginables. Una vez más, las crisis son su peor momento. Desde “está todo bajo control”, hasta la cara de susto y nerviosismo de “Nico” y “Toto” en la conferencia de prensa del viernes 4, lo cual comunicó mucho más que cualquier pretensión pedagógica. No hay mucho más para agregar al respecto que no hayamos analizado en esta columna demasiadas veces.

Acá hay 2 cuestiones importantes (además de todos los interrogantes económicos que uno se pueda hacer… pero esta no es una columna de economía):

  1. Cómo va a aprovechar el gobierno esta crisis desde el punto de vista político? Cuando se produjo la crisis del Tequila a fines de 1994, Menem tomó una serie de medidas antipáticas, y dijo que estaba dispuesto a pagar todos los costos políticos necesarios. Se estaban largando las campañas presidenciales, y con una desocupación de casi el 19 % “el turco” ganó su reelección con el 50 % de los votos. Por supuesto, nunca hay 2 crisis iguales. Pero el punto en ese momento en la opinión pública fue: si ya nos sacó de una, vamos a darle crédito para que nos saque de otra. Los resultados positivos y negativos ya los conocemos. Entonces, el punto es ¿se podrá olvidar el presidente por un rato de su aprobación en las encuestas para mostrar que tiene las agallas suficientes para aguantar hasta que terminen los efectos de “la vaguada”?
  2. Esta crisis le permite al oficialismo seguir siendo optimista sobre su reelección dentro de 1 año y medio? Sí, porque a) falta mucho tiempo, b) si el gobierno sigue resistiendo crisis, quizá se pueda mostrar como un experto en crisis llegado el momento, c) los votantes opositores no tienen opción por el momento, y a muchos les costará tenerlo, d) es muy probable que el cansancio con el peronismo siga pesando más que los errores que pueda estar cometiendo el gobierno.

Para terminar, recurriendo una vez más al maestro SunTzú: “Utilizar el orden para enfrentarse al desorden, utilizar la calma para enfrentarse con los que se agitan, esto es dominar el corazón”.

Fuente: 7 Miradas (Buenos Aires, Argentina)