Entrevistas

12.03.06

Ángel Soto:

«Bachelet va a tener una preocupación especial por América latina»

«Queda en evidencia al ver sus documentos de trabajo. Y tiene que jugar un papel. Pero también dentro de la dimensión que le corresponde a Chile”.».

Realizada el 8 de marzo en "Apertura Latinoamericana"

Ángel Soto G. es Doctor en América Latina Contemporánea IU Ortega y Gasset / Universidad Complutense de Madrid. Profesor de la Facultad de Comunicación de la Universidad de los Andes, Chile. Es autor del libro "El Mercurio y la difusión del pensamiento político económico liberal 1955-1970".

Gabriel Salvia: ¿Qué balance puedes hacer de esta etapa que termina el presidente Ricardo Lagos? Acabas de escribir también un artículo sobre el papel de Juan Cheyre al mando de las Fuerzas Armadas. ¿Qué importancia tuvieron estas dos personalidades en esta etapa de Chile?

Ángel Soto: Antes que nada, déjame Gabriel saludar a la audiencia de "Apertura Latinoamérica", un programa que escucho semanalmente aquí en Santiago gracias a la señal de Internet. Bueno, efectivamente esta semana tenemos en Santiago dos ceremonias que a mi me parecen de una trascendencia fundamental. Son dos transmisiones de mando, y no son cualquier transmisión de mando. Son dos hechos históricos, no porque sea uno el cambio de mando de un comandante en jefe del ejército y la otra de un presidente, y que asuma la primera presidenta de la república. Si no, porque junto con ello se van dos de los últimos hombres de la transición en la historia reciente chilena. Dos hombres que han contribuido precisamente a un reencuentro entre los chilenos tras una historia reciente bastante convulsionada, desde posturas muy distantes. Por estos días yo recordaba, precisamente, un encuentro que se hizo por allá en el año 1996 en El Escorial, en España. Un encuentro organizado por la fundación Ortega y Gasset, en donde invita a representantes del mundo socialista, de esta izquierda; invita a militares, y ahí se conocen Juan Emilio Cheyre, el actual comandante en jefe del ejército, y Ricardo Lagos. Se conocen y comienza un proceso de apertura que, increíble, diez años después comienza a dar pasos en donde ambos han contribuido a construir y a reestablecer la confianza mutua entre el mundo de la izquierda, el mundo militar; y al mismo tiempo de que finalmente podamos decir hoy, en el 2006 que el ejercito ha vuelto a ser de todos los chilenos y no un ejercito de un sector de la sociedad. A su vez, la derecha, el empresariado, le ha perdido el miedo a la izquierda. Porque efectivamente una de las características que uno va a encontrar y por una de las cosas que vamos a recordar, de las tantas que vamos a recordar del presidente Lagos, es que puso fin a esa sorda guerra civil que había desde antaño, desde los ´50, los ´60 y qué decir de los ´70, entre la izquierda y el empresariado. Entonces, son dos hechos que a mí me parecen sumamente importantes.

G. S.: ¿Qué temas quedan pendientes de esta gestión tan exitosa de Lagos?

A. S.: Quedan muchas cosas pendientes. Primero, efectivamente, al gobierno lo vamos a recordar por la recuperación económica, las obras de infraestructura, los tratados de libre comercio, etc. También una cosa que se nos olvida en la mirada general que se hace en estos balances, es que también lo vamos a recordar por su respaldo a la cultura. Lagos se ha caracterizado por darle un impulso a la cultura de una manera notable. Y a veces eso es lo que uno, insisto, se olvida en los análisis. Uno ve mucha economía, mucha política, pero también una cultura más abierta. Yo creo que encontramos un país más tolerante, más libre en varias materias.  Pero sí hay cosas pendientes. En Chile hay un porcentaje de pobres que todavía están esperando y eso es una tarea pendiente. El denominado tema de la redistribución del ingreso. Más que redistribución, cómo hacer más accesible que tanta gente pobre, que todavía tenemos, disfrute de los beneficios de esta modernidad que uno se encuentra. Yo creo que ahí hay una tarea pendiente. Pero también yo diría que hay otro punto que es sumamente importante, y en eso Chile sigue atrasado: seguimos muy atrasados a nivel de la educación. Estoy hablando de colegios, pues a nivel de las universidades yo creo que podríamos distinguir. Pero a nivel de colegio, creo que todavía falta una reforma educacional profunda. Los índices de lectura, los índices de calidad de la educación, las mediciones que se hacen muestran que Chile está muy por debajo de muchos países latinoamericanos. Mismo Argentina está muy por encima de nosotros en cuanto a calidad de la educación. Entonces ahí hay algunas tareas importantes que tiene que asumir la nueva presidenta.

G. S.: ¿Cuáles son los principales desafíos de Michelle Bachelet?

A. S.: Creo que todavía siguen pendientes algunas reformas macroeconómicas y seguir modernizando el aparato del estado. Ojalá que todas las instituciones del estado estuvieran con un sistema moderno como el que tiene, por ejemplo, el servicio de impuestos internos. Chile se caracteriza por tener un sistema de recaudación de impuestos muy eficiente. Bueno, uno quisiera tener un estado más eficiente en esas materias. Y desburocratizar. Todavía uno ve que en general los servicios públicos se encuentran con burocracias de por medio. Eso por una parte: ir achicando el tamaño del estado pero reforzándolo en cuanto a su solidez. Creo que ahí hay una tarea importante. Agilizar y hacer un sistema financiero, también, más rápido (pese a que tenemos un buen sistema financiero). Pero también creo que hay que impulsar, y por eso vuelvo al tema de la educación y yo creo que ahí Bachelet va a tener un gran desafío: ampliar la igualdad de oportunidades. Sobre todo en el punto de inicio, no en el punto de llegada. Yo creo que hay un desafío de esas reformas que uno diría trascendentales, esas reformas importantes: Invertir; invertir en educación, aumentar la cantidad de oportunidades. Dar más libertad en materia de educación. Chile es un país que en materia de educación es muy restringido en cuanto a las libertades que puedan tener los colegios para escoger los programas de estudio. Ahí hay un tema. Y otro tema que es de la máxima importancia para nosotros es el energético. Eso es un tema latinoamericano y Chile tiene ahí una preocupación importante. En 2007 se nos viene una crisis energética y eso es un gran desafío que hay que enfrentar desde ya. Es una de las primeras tareas en las que se tiene que poner a trabajar la nueva presidenta. Se nos viene un invierno, al parecer, duro y ya nos están anunciando cortes de energía. El gran problema que tenemos en Chile (y se acaba de crear una comisión al respecto) es que el aumento de productividad está en directa relación al aumento de consumo de energía. Entonces es un desafío importante buscar nuevas fuentes de energía, pensar en cómo traer energía. Conversar con los vecinos, precisamente, para que no se nos generen problemas como en nuestro pasado reciente. Yo diría que ahí también hay un desafío sumamente importante, dentro de los muchos que tiene, junto a seguir aumentando los tratados de libre comercio y seguir expandiendo la economía. 

Constanza Mazzina: ¿Es un desafío también la conformación del gabinete de Bachelet? ¿Qué se está diciendo de cómo va a conformar este gabinete dado la cantidad bastante amplia de sectores que la han apoyado para que ella ganara el balotaje?

A. S.: Yo no sé si es un desafío. Yo creo que ella ha tenido a nivel de los ministros, una amplia libertad. En el tema de las subsecretarías ha quedado en evidencia nuevamente el tema de las presiones de parte de los partidos. Cada uno de todos los amplios sectores que la apoyaron está exigiendo su cuota de poder. Pero eso está quedando en evidencia a nivel de las subsecretarias y a nivel de una serie de cargos públicos, directorios de empresas en donde cada uno quiere tener su cuota de poder. Yo no lo plantearía a nivel de un desafío. Yo creo que es parte de la estructura, de cómo se reacomodan las fuerzas al interior de la propia Concertación. Creo que un desafío interesante, y que ahí ella sí lo a puesto a salvo un par de figuras, es mostrar caras nuevas en su equipo de gobierno. Eso sí yo lo encuentro muy interesante. No solamente caras nuevas, sino que es muy interesante cuando uno hace una pasada de quienes van a conformar su equipo de trabajo: gente altamente preparada, con programas de master, doctorados en el extranjero, qué decir del ministro de hacienda Andrés Velazco, realmente un lujo por su formación. Entonces yo creo que ahí sí hay un desafío. Cómo articular equipos nuevos, ciertamente algunos de ellos con experiencia a nivel de mandos medios. Creo que es un desafío más que el equilibrio al interior de la Concertación.

C. M.: Mencionabas recién el tema energético y los otros días leí que Evo Morales va a ir a la asunción de Bachelet y básicamente iba a aprovechar el momento para plantearle dos temas: el del aumento del precio del gas y la salida al mar. ¿Cómo ves este escenario en los próximos días?

A. S.: Creo que ahí se equivoca un poco el rumbo al plantearlo ahora. Por acá incluso ustedes saben ciertos sectores le van a hacer un homenaje a Evo Morales. Pero el centro de atención va a estar en Michelle Bachelet. Creo que ella misma lo va a plantear. Pero no creo que sea tan fácil plantear el tema "gas por mar". No es tan fácil. Bolivia sabe que necesita Chile para sacar ese gas. Y si no va a seguir estando ahí. Y por otro lado también, y esto el presidente Lagos se lo planteó a Evo Morales, que no tiene que olvidarse que Chile está desarrollando un proyecto importante para crear una planta que va a refinar gas, y va a traer gas licuado. Entonces, de alguna manera, Chile con estas plantas va a ir estableciendo el precio de mercado internacional del gas. Entonces no es tan condicionante: "si ustedes quieren gas dennos mar y si no, no tienen energía". Lagos lo ha planteado y Chile está buscando otras alternativas de gas. Pero yo creo que no hay que plantearlo en esos términos tan del siglo XIX, tan de enfrentamiento. Más bien hay que plantearlo en un ámbito de cooperación interregional.

G. S.: Respecto a este tema, ¿cómo ves el papel que puede tener el gobierno de Bachelet en la región?

A. S.: Yo creo, y eso ha sido una preocupación que quedó en evidencia en Lagos (aunque no sé si la historia lo va a registrar así), pero sí Lagos demostró una especie de preocupación por volver a situarse en la región. Chile en algún momento quiso irse de la región. Algunos plantearon que nos habíamos ido de América latina. Entonces, precisamente, Lagos ha tratado de reintegrar y de ahí viene toda esa suspicacia, comentarios respecto de Chile en la región. Creo que el gabinete y la presidenta Bachelet va a tener una preocupación especial por América latina. Eso queda en evidencia al leer su programa de gobierno. Queda en evidencia al ver sus documentos de trabajo. Y tiene que jugar un papel. Pero también dentro de la dimensión que le corresponde a Chile. Nosotros a veces queremos jugar papeles dentro del concierto internacional y se nos olvida que hay otros países tanto o más poderosos jugando un rol en el concierto internacional como Argentina, Brasil. O sea, un papel en la región pero en la justa dimensión dentro de lo que pesa Chile en el escenario internacional, eso también hay que tenerlo presente.

C. M.: ¿Qué posibilidades vez de que Lagos medie en el conflicto por las papeleras entre Tabaré Vázquez y Kirchner?

A. S.: Creo que todo lo que podamos participar desde Chile en esos acuerdos está en ese espíritu de jugar un papel de armonizar. A mí me parecería magnífico. Lagos en ese sentido tiene credibilidad, tiene altura, tiene un prestigio atrás que lo hace ser creíble en una mediación como esa. A mí me parece una buena oportunidad para demostrar que Chile puede colaborar con el resto de América latina en esas materias y con una figura como él, con mayor razón.

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