Entrevistas

01.02.06

Marcelo Chávez:

«En términos de integración todavía nos falta mucho»

«Nuestros gobernantes han hablado mucho tiempo acerca de la integración, pero en la práctica esa integración no ha avanzado. Y yo creo que es una falta de voluntad política de perseverar en una mayor integración».

Realizada el 1 de febrero en "Apertura Latinoamericana"
Marcelo Chávez es Presidente de la Juventud de la Organización Demócrata Cristiana de América (JODCA) y de la Juventud Demócrata Cristiana de Chile.

 

  • Esperamos como jóvenes poder gobernar nuestro partidos, nuestros países, creando conciencia desde temprana edad, lo cual es un punto importante a la hora de lograr mayor integración.
  • Ciertos gobiernos de la región de corte dictatorial o neopopulistas, imposibilitan una mayor integración.
  • Aquí en Chile lo que hemos tenido en definitiva es una coalición política que luchó por recuperar la democracia y que se adaptó a las reglas del mercado, pero introduciendo elementos de corrección social.
  • Un dato muy conocido acá en Chile, es que nosotros recibimos nuestro país con un 40% de la población que vivía bajo la línea de pobreza, y a 15 o 16 años de gobierno democrático, hemos podido bajar esa pobreza en un 20%.
  • La libertad y la democracia son valores y bienes que todas las personas, independientemente de que no seamos de un país determinado, son valores que nosotros como demócratas tenemos que luchar en cualquier parte del mundo.

Gabriel Salvia: Hubo una Cumbre del Sur que se realizó en Santiago de Chile y en Viña del Mar, ¿Podrías contarnos un poco de qué se trató, quiénes participaron, qué temas se presentaron?

Marcelo Chávez: Esta fue una actividad que organizaron los Jóvenes de la Organización Demócrata Cristiana de América, junto con la Juventud Demócrata Cristiana de Chile, como país anfitrión. Hicimos una actividad que le pusimos como nombre "Cumbre del Sur de jóvenes latinoamericanos humanistas cristianos" en la lógica de poder conversar y reflexionar acerca de los desafíos que tienen las nuevas generaciones de jóvenes humanistas cristianos para poder lograr la tan anhelada y ansiada integración latinoamericana. En el fondo, nuestra constatación es que nuestros líderes, nuestros gobernantes, han hablado mucho tiempo acerca de la integración, y en la práctica la integración latinoamericana todavía no llega como la que vemos en Europa. Y por lo tanto para nosotros era bien importante poder reunir a líderes jóvenes de todos los países que forman parte de nuestro continente. Y poder conversar y dialogar de estos temas junto a panelistas de muy buen nivel que quisieron estar con nosotros, para que pudiéramos tener un buen diálogo en estos temas. Así que estamos muy contentos. Tuvimos como temas los desafíos del punto de vista económico sociales para el combate de la pobreza y el desarrollo. Qué significa o qué conlleva la globalización en Latinoamérica. Y un tercer tema ligado con la democracia en el continente, con el surgimiento de estos "neopopulismos". La deuda democrática que aún existe en el continente, que se relaciona específicamente con el tema de Cuba. Con respecto a esto se abrió un panel, posteriormente una presentación de un comité de jóvenes que ha estado muy fuertemente vinculado con el tema de Cuba. Y posteriormente hicimos una acción muy concreta de solidaridad con los jóvenes, en particular, de Cuba. Fue una actividad que convocó a 300 jóvenes de Latinoamérica y de Chile, en particular. Por eso quedamos muy contentos, pues fue una actividad que tuvo un gran éxito, y todos los que participamos nos mostramos muy agradados por lo que fue la discusión, la reflexión conjunta, en estos temas que son super trascendentales para Latinoamérica.

G. S.: ¿Y cómo ves los desafíos que enfrenta la integración en América Latina y cuáles son las restricciones que tiene con algunos de los gobiernos que tenemos en América Latina?

M. C.: Nosotros lo que vemos desde Chile, es que como país nos hemos integrado de manera importante al mundo, en general. A través de diversos tratados de libre comercio, etc. Pero al parecer eso no basta. Y al menos en lo que es en relación con la región, en la práctica hemos avanzado en algunos pasos en una integración de carácter económica. Pero claramente la integración no puede basarse solamente en el aspecto económico, sino que tiene que tiene que representar una variedad de aspectos. Y desde ese punto de vista lo que es la integración política, social de nuestros pueblos, todavía al parecer es una asignatura pendiente en América Latina. Sólo un ejemplo: mientras que en Europa existe el libre tráfico de las personas, todavía en nuestro continente, entre muchos de los países, para el traslado de ciudadanos de uno a otro país muchos países exigen una visa, por ejemplo, para entrar. Entonces suena contradictorio cuando hablamos y hablamos de integración y de los deseos profundos de tener una mayor integración en Latinoamérica, pero al final nos encontramos con obstáculos inclusive administrativos que dificultan este proceso de integración. Entonces mi impresión es que en términos de integración todavía nos falta mucho. Y yo creo que en gran medida hay una responsabilidad muy importante de nuestros gobernantes. Yo lo señalaba momentos atrás: nuestros gobernantes han hablado mucho tiempo acerca de la integración, pero en la práctica esa integración no ha avanzado. Y yo creo que es una falta de voluntad política de perseverar en una mayor integración. Y respecto a esa voluntad política creo que los jóvenes podemos decir muco al respecto. Esperamos como jóvenes poder gobernar nuestro partidos, nuestros países, creando conciencia desde temprana edad, lo cual es un punto importante a la hora de lograr mayor integración. Por tanto a mi juicio hay todavía un tema de voluntad política que todavía no ha sido llevado a la práctica. Y creo que lo que sucede con ciertos gobiernos de la región de corte dictatorial o neopopulistas, también imposibilitan una mayor integración. Creemos que la integración también tiene que ser en función de políticas serias y responsables. Porque integración no va a haber en la medida en que no tengamos pueblos que tengan niveles de calidad de vida que sean aceptables. Y cuando tenemos políticas económicas y políticas, que son altamente irresponsables, y que más bien intentan decretar medidas solamente para poder atraer a un cierto electorado o para dejar contenta a cierta parte de la población, nos parece que eso no colabora positivamente para tener una mayor integración. Cuando los países no están equilibrados desde el punto de vista social, uno malamente puede hablar de integración con otros países, por lo tanto vemos como un riesgo para la integración estos gobiernos de corte dictatorial o con altos grados de populismo.

G. S.: Entonces vos crees que, por ejemplo, uno de los motivos que impide que otros países de la región sigan la experiencia democrática chilena (que todos los indicadores muestran como un caso exitoso de democracia, estado de derecho y desempeño económico), esos factores que tu mencionabas, sociales, y en muchos casos políticos, son quizás los que hacen que muchos países no miren con la debida atención que deberían a un país que tienen muy cerca. Nosotros en la Argentina decimos "uno puede mirar a Irlanda, Nueva Zelanda, España, pero por qué no empezamos por mirar a Chile que están acá al lado, que una presidenta asume y que reconoce que hasta la oposición ayuda a construir consensos para brindar soluciones a los problemas del país. Es decir, ¿vos crees que esos problemas en algunos países hacen que no se mire la experiencia que están llevando adelante ustedes?

M. C.: Tampoco es que nosotros queremos dictar cátedra sobre lo que ha sido nuestra experiencia. Pero quizá es un buen modelo a seguir. Aquí lo que hemos tenido en definitiva es una coalición política que luchó por recuperar la democracia y que se adaptó a las reglas del mercado, pero introduciendo elementos de corrección social. Y en eso no hay que tener temor. Nosotros hemos asumido que el mercado existe, el mercado está. Y quizá sea cruel, pero hay que saber jugar con sus reglas, pero también teniendo un estado que permita realizar las correcciones que el mercado no puede realizar. Y desde ese punto de vista, un dato muy conocido acá en Chile, es que nosotros recibimos nuestro país con un 40% de la población que vivía bajo la línea de pobreza, y a 15 o 16 años de gobierno democrático, hemos podido bajar esa pobreza en un 20%. Siguen siendo muchos pobres, eso es verdad, pero políticas serias, responsables, que asumen el mercado, pero que también introducen elementos de corrección social, también pueden llevar por un camino de mayor tranquilidad, y un país que pueda caminar de manera más ordenada. Y eso es lo que ha hecho Chile. Entonces, cuando tenemos gobiernos que más bien generan políticas económicas de manera irresponsable, que no se adaptan o no creen que el mercado está, que está para quedarse, pero introduciendo las correcciones debidas. Cuando eso no se hace, en lo que caemos es en países con una alta virulencia social, con reacciones, y con un sentimiento de que en el fondo la democracia no satisface las demandas básicas de la sociedad. Y esto es muy peligroso para la democracia. Cuando tenemos un mal desempeño económico es muy malo para las democracias, por lo tanto malamente uno, a partir de eso, puede pensar en avanzar, o dar otros pasos, como los que señalaba de la integración si en nuestros propios países muchas veces las cosas no funcionan del todo bien.

G. S.: Me comentabas que trataron el tema de la situación de Cuba, lo cual es muy loable, y nadie más que ustedes tiene tanta autoridad moral como para hacerlo. Y sé que culminó con una protesta frente a la embajada de Cuba en Chile. Una protesta pacífica, por supuesto. Y no sé si tu sabes que la primera exportación del régimen de Castro debe ser la intolerancia, entonces lo que quería preguntarte es si han tenido alguna respuesta o alguna manifestación por esta protesta pacífica en solidaridad con los demócratas cubas.

Si tuvieron alguna respuesta del delegado diplomático de la dictadura castrista en Chile.

M. C.: Efectivamente, cerca de 300 jóvenes fuimos a manifestarnos pacíficamente frente a la embajada de Cuba aquí en Santiago de Chile. Donde lo que hicimos fue ir con una vela, rezamos un padre nuestro y leímos una declaración demostrando nuestra solidaridad y que nosotros estamos con el pueblo cubano, y en particular con los jóvenes. Y lo hicimos de manera pacífica. Nosotros tenemos experiencia en Chile de haber derrotado a una dictadura de manera pacífica. De no haberlo hecho de manera violenta, sino que solamente con la fuerza de las ideas. De la fuerza que da el saber que derechos básicos, sustanciales a la persona humana, tienen que existir y tienen que ser garantizados por parte del estado. Y por lo tanto, nosotros lo que hicimos ese día fue reafirmar nuestro compromiso en esa dirección. Ahora bien, lo que tu dices respecto a la intolerancia del régimen, bueno, una vez más se demostró ese día. Nosotros como te decía, hicimos una manifestación, leímos una declaración, de manera muy pacífica, y lo que tuvimos fue la demostración de la intolerancia de las personas que estaban en la embajada, quienes sacaron una manguera e intentaron mojar a las personas que nos encontrábamos ahí presentes. Y quisieron apagar también las velas que habíamos prendido ahí en la embajada. Pero más que amilanarnos, o darnos susto o miedo, yo creo que, al tener la experiencia tan viva del régimen de Pinochet en este orden de cosas, ese tipo de actitudes, más que asustarnos y más que decir "no nos vamos a involucrar más", todo lo contrario: lo que hacen es reafirmar nuestro compromiso con mayor intensidad y mayor fuerza. Y decir que la libertad y la democracia son valores y bienes que todas las personas, independientemente de que no seamos de un país determinado, son valores que nosotros como demócratas tenemos que luchar en cualquier parte del mundo. Y decir que los jóvenes en particular, tal como en Chile fueron una pieza central en la recuperación democrática de nuestro país, estamos muy comprometidos en la región por colaborar y solidarizar con nuestros hermanos cubanos que hoy en día son víctimas de la intolerancia del régimen castrista. Así que esta actitud de las personas de la embajada de Cuba es una muestra más de lo que ha hecho el régimen, pero también reafirma con mayor intensidad y con más fuerza de que los jóvenes estamos muy comprometidos por esta causa, que es la causa de la libertad, de la democracia, y que en eso no vamos a cejar hasta que pueda haber libertad y democracia en nuestro país hermano como es Cuba.

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