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20.04.18

Causas del asesinato de tres periodistas ecuatorianos

Trabajos periodísticos que hace una década consignaron el apoyo de la guerrilla de las Farc, hoy desmovilizada, al entonces candidato presidencial Rafael Correa, fueron censurados o ninguneados, pero hoy adquieren otra connotación.
Por Hugo Machín Fajardo

“Se permitía que la droga transite por nuestro territorio”. Esa admisión del presidente Lenin Moreno hecha ante el cuerpo diplomático acreditado en Quito el miércoles 11, cuando ya existían fuertes sospechas de que los tres periodistas ecuatorianos secuestrados corrían riesgo de muerte, adquiere una gravedad extrema y coloca la mirada Latinoamericana en el espejo retrovisor de Ecuador.

Paúl Rivas, 45 años, fotógrafo; Javier Ortega, 32 años, periodista, y Efraín Segarra, conductor de 60 años, fueron asesinados por sus captores que los mantenían secuestrados desde el 26 de marzo cuando ese equipo periodístico de El Comercio de Quito se desplazó a la provincia de Esmeraldas, en la frontera colombo-ecuatoriana, a cubrir hechos delictivos protagonizados por una disidencia de la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc), comandadas por Walter Patricio Arizala, alias Guacho, comandante de unos 150 hombres que dominan la ruta del narcotráfico en la región Pacifico.

En la nueva historia latinoamericana que se está escribiendo, o debería escribirse sin anteojeras ideológicas, asoman hechos que aunque conocidos hace años, no llegaron a ser parte del relato regional. 

Trabajos periodísticos que hace una década consignaron el apoyo de la guerrilla de las Farc, hoy desmovilizada, al entonces candidato presidencial Rafael Correa, fueron censurados o ninguneados, pero hoy adquieren otra connotación.

Periodistas obligados por Correa a exiliarse como Emilio Palacio, avalaron que las denuncias de financiación de las Farc a Correa eran ciertas. En el video "Rafael Correa: Retrato de un Padre de la Patria", Fabricio Correa, hermano y tesorero del ex presidente ecuatoriano Correa, admite haber sido testigo presencial de la entrega de dólares a la campaña electoral de su hermano en 2006 que le dieron el primer triunfo a Rafael Correa. Ambos hijos de una “mula” del narcotráfico (persona que introduce droga en EEUU o Europa) que a raíz de ello cumplió una sentencia de tres años en una cárcel norteamericana, como admitió en su momento el entonces Presidente de Ecuador. 

En ese documental, Palacio es contundente: “Discutir si Correa recibió o no de la Farc me parece infantil. Es obvio que recibió dinero de las Farc, las pruebas son concluyentes”.

La afirmación del actual presidente Moreno del miércoles 11, corrobora que durante la administración de Correa hubo por lo menos aquiescencia para que las Farc traficaran droga en territorio ecuatoriano.

La duda que quedó flotando el pasado miércoles 11 de mayo en el Palacio Carondelet, es si Moreno, quien fuera vicepresidente de Correa en el primer gobierno de este (2007 -2012), supo entonces, o sabe ahora. 

Otro ex presidente ecuatoriano, Lucio Gutiérrez, militar que gobernó ese país entre 2003 y 2005, al referirse al bombardeo efectuado en 2008 por la fuerza aérea de Colombia al campamento en territorio ecuatoriano del que fuera comandante de las Farc, Raúl Reyes- determinante de la muerte de aquel – sostuvo que “es realmente evidente que el gobierno de Correa tuvo vínculos con las Farc, con el narcotráfico y el terrorismo”.

En esa oportunidad Gutiérrez se refirió a la detención por narcotráfico del ex subsecretario del Interior de Ecuador, del partido de Correa, Ignacio Chauvín, quien admitió haberse reunido siete veces con las Farc antes de la muerte de Reyes. “Eso tiene que investigarse. Todos los caminos conducen a que Correa hizo campaña y recibió dinero del narcotráfico y dinero de las Farc”, agregó Lucio Gutiérrez.

Por su parte, Gustavo Larrea, exministro de Seguridad de Ecuador, también admitió en una entrevista haberse reunido con Reyes.

En el 2010, la agencia de noticias AP, reveló un video en el que Víctor Julio Suárez Rojas, alias “Mono Jojoy”, extinto cabecilla de las Farc muerto en 2010, informa de una “ayuda en dólares a la campaña de Rafael Correa y posteriores conversaciones con sus emisarios, incluidos algunos acuerdos en unos documentos en poder de todos nosotros, los cuales resultan muy comprometedores en nuestros nexos con los amigos”.

El columnista de El Universo de Quito, Alfonso Oramas Gross, se manifestó preocupado por la grave acusación proferida hace pocos días por el presidente Moreno en el sentido de “la permisibilidad extrema” con la que habría actuado el Gobierno anterior en el control y represión del narcotráfico. Esa “permisibilidad extrema” se preguntó el sábado 14 si ella “¿no amerita una investigación?”

Operaciones militares coordinadas por la Fuerza de Tarea Hércules de Colombia y fuerzas militares ecuatorianas, iniciaron el viernes 13 una ofensiva en la frontera de ambos países contra los secuestradores, luego que se cumplió el ultimátum emitido por Moreno, quien a raíz del cuadro sombrío que iba dibujándose respecto a los tres periodistas, regresó de Lima a Quito antes del inicio de la Cumbre de las Américas. 

El frente Óliver Sinisterra, como se le denomina este grupo, que inicialmente contó con 250 integrantes, controla en el departamento de Nariño buena parte del territorio con más coca cultivada en el mundo. Mantiene contactos con carteles mexicanos y rentas multimillonarias que, según el fiscal general colombiano Néstor Humberto Martínez pueden llegar hasta 25 millones de dólares semanales. 

Su actividad se hizo más notoria en lo que va del año por seis ataques contra militares o policías desde el 28 de enero en que activó un carro bomba en la policía de Esmeralda. El martes 10 fue el último contra tres integrantes de la Armada de Ecuador.

La Fundación para la Libertad de Prensa (FLIP) emitió un comunicado el jueves cuestionando el papel jugado por las autoridades colombianas y ecuatorianas en el caso del secuestro de los tres periodistas ecuatorianos.

"La FLIP condena la actuación de los gobiernos de Ecuador y Colombia por su falta de diligencia en proteger la vida de los reporteros. Los gobiernos de Lenin Moreno y Juan Manuel Santos no han trabajado conjuntamente para conseguir la liberación oportuna de los tres trabajadores", señaló el documento divulgado por la organización antes de que se confirmara la muerte de los secuestrados.

No solamente la FLIP emitió una condena. También el gobernador de Nariño, Camilo Romero, afirmó que la equivocación fundamental del Gobierno de Juan M. Santos fue no tener preparada a la fuerza pública en Tumaco, ciudad puerto de ese departamento sobre el Pacifico, desde el primer día que se firmó la paz en 2016.